La economía de Estados Unidos registró durante el año pasado su mayor caída del producto interno bruto en al menos siete décadas y media, como resultado de las afectaciones ocasionadas por la pandemia de covid-19 y por los confinamientos que ordenó el gobierno para detener su avance.
El producto interno bruto de la mayor economía del mundo bajó a una tasa de 3.5% en 2020 con respecto al año previo, de acuerdo con la estimación inicial publicada este jueves por Bureau of Economic Analysis (BEA).
Estados Unidos no había registrado una contracción de su economía tan profunda desde 1946, cuando el PIB de esa nació bajó a una tasa de 11.6%, debido a que el mundo estaba viviendo los estragos de la Segunda Guerrra Mundial, concluida un año antes.
De hecho, el mayor golpe a la actividad se registró en el segundo trimestre del año, cuando se tuvieron los confinamientos más severos en esa nación y se observó una caída inédita del PIB.
Por ello, el rebote registrado en el tercer y cuatro trimestres no fue suficiente para evitar una caída de la economía mayor que la observada en la Gran Recesión global de 2007 y 2008.
El resultado, sin embargo, quedó muy lejos de los pronósticos más pesimistas que hicieron organismos como el Fondo Monetario Internacional, cuyos economistas llegaron a estimar una caída de hasta 8% del PIB este año durante su revisión de pronósticos de junio de 2020.
“La economía estadounidense siguió mostrando firme crecimiento al cierre de 2020, impulsada aún por estímulos fiscales y monetarios”, escribió Santiago Fernández, economista con Intercam Banco, en un reporte. “A pesar de mostrar desaceleración con respecto al tercer trimestre de 2020, el crecimiento del PIB se mantuvo en niveles superiores al promedio de crecimiento trimestral visto al menos los últimos tres años”.
De hecho, la economía mantuvo tracción al final de 2020 a pesar de la llegada de una segunda ola de contagios de covid, de modo que registró un crecimiento de 4% en el periodo de octubre a diciembre frente a los tres meses previos, de acuerdo con las cifras preliminares de BEA.
El avance de la economía estadounidense en el cuarto trimestre estuvo en línea con lo esperado por los analistas encuestados por el portal financiero Investing.com, quienes anticipaban un incremento de 4% en el último trimestre del año pasado.
No obstante, para los analistas, la desaceleración observada al cierre del año pasado es un motivo de preocupación porque podría extenderse hasta 2021 mientras no se logre controlar la pandemia.
“La economía entró en el cuarto trimestre de 2020 con un impulso significativo, pero claramente salió del trimestre con pérdida de esa inercia”, escribió Jay Bryson, economista con el banco estadounidense Wells Fargo, en un reporte. “Suponiendo que la pandemia no se salga de control en las próximas semanas y que el despliegue de vacunas continúe aumentando, la economía debería reabrirse por completo a finales de este año. De hecho, esperamos que el crecimiento sea bastante sólido en el tercer y cuarto trimestres”.
Por su parte, el gasto en consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) aumentó a una tasa de 2.5% en el cuarto trimestre de 2020 contra los tres meses previos, con lo que hiló dos trimestres seguidos de crecimiento.
Los precios medidos en términos del PCE subieron 1.5% en el cuarto trimestre y avanzaron a una tasa anual de 1.2%, sin cambios frente al dato anterior.
Finalmente, los precios subyacentes del PCE, o aquella medida que desestima los cambios en productos altamente volátiles como alimentos o energéticos, subieron 1.4% en el trimestre y aumentaron 1.4% anual.
Esta última medida, la variación interanual de los precios subyacentes del PCE, es la más vigilada por la Reserva Federal (Fed) para determinar las acciones de política monetaria en Estados Unidos.