El Papa instó a los jueces del Tribunal de la Rota Romana a agilizar los procesos legales para otorgar la nulidad matrimonial al tiempo que pidió que sean «accesibles» a todos y «gratuitas».
En la inauguración del año judicial con la tradicional audiencia al Tribunal de la Rota Romana y en un discurso en el que dejó en claro que el bien de los niños «víctimas inocentes de tantas situaciones de ruptura, divorcio o nuevas uniones civiles» debe primar, el Pontífice agregó: «A vuestro tribunal Apostólico, así como a los demás tribunales de la Iglesia, se le pide que «sean más accesibles, ágiles y posiblemente completamente gratuitos, los procedimientos de reconocimiento de casos de nulidad».
El Papa llevó a cabo en 2015 una reforma del proceso de nulidad matrimonial que garantizaba resoluciones rápidas, eliminando por ejemplo la apelación automática. De hecho, desde entonces la Iglesia puede declarar no válida una unión en tan sólo un mes y medio. Sin embargo, el obispo de Roma ha denunciado «ciertas resistencias» que han aflorado en las diócesis de todo el mundo para aplicar esta reforma.
“Os confieso que, tras la promulgación, he recibido cartas, muchísimas, sobre todo de notarios que iban a perder la clientela. Y ahí está el problema del dinero. En España se dice ‘por la plata baila el mono’. También he visto con dolor en algunas diócesis resistencia de algún vicario judicial que con esta reforma perdía poder porque se daba cuenta de que el juez no era él, sino el obispo», señaló.
El Papa comenzó su discurso disculpándose porque iba a pronunciarlo sentado debido a «un huésped un poco molesto» en referencia a la ciática que le obligó a cancelar parte de su agenda.
También recordó a los jueces que lo que hay que buscar siempre es el bien de los niños: «¿Cómo explicar a los niños que -por ejemplo- su madre, abandonada por su padre y muchas veces reacia a establecer otro vínculo matrimonial, recibe la Eucaristía dominical con ellos, mientras que el padre, conviviendo o esperando la declaración de nulidad del matrimonio, no puede participar en la mesa eucarística?», se preguntó el Papa.
Asimismo invitó a preguntarse qué será de los menores y de la parte que no acepte la declaración de nulidad.
En este sentido, recordó que, ante un matrimonio legalmente declarado nulo, la parte que no esté dispuesta a aceptar esta disposición es en todo caso un ‘unum idem’ con los hijos. «Hasta ahora todo parecía obvio, pero lamentablemente no lo es. Es necesario que las afirmaciones de principio vayan seguidas de adecuados propósitos de hecho», aseguró.