Por: Alejandro Leyva Aguilar
Hice una encuesta en la red social twitter con una pregunta ¿crees que @lopezobrador tiene COVID-19? El setenta y nueve por ciento de quienes contestaron, dijeron que NO, el resto, 21 por ciento dijeron que SI.
¿Por qué el grueso de la población ya no le cree a don López?, me parece que eso es algo sencillo de responder. No le creen porque sistemáticamente su gobierno le ha mentido a los mexicanos y una de las peores mentiras que nos ha dicho, es la que tiene que ver con las vacunas y el enorme proceso que significa inyectar a los 126 millones 14 mil 24 ciudadanos mexicanos que somos, según el censo de población y vivienda 2020.
Veamos, el 23 de diciembre de 2020 en un vuelo de la transportadora DHL procedente de Bélgica, llegaron a México las primeras 3 mil dosis de vacunas con las que se supone y de acuerdo a dichos de la Cancillería Mexicana, se vacunaría a personal del sector salud.
Esas tres mil vacunas no las compró el gobierno de México, fueron parte de un acuerdo con los laboratorios Pfizer para vacunar de manera experimental a tres mil mexicanos que usaron como conejillos de Indias y en un proceso de calibración de las líneas frías para el transporte de esta delicada vacuna que debe transportarse a menos de 70 grados centígrados.
Se supone que después de esta calibración y vacunación de los conejillos de Indias que el “presidente”, así en minúsculas y entrecomillas decidió que fueran algunos miembros del sector salud, llegarían a nuestro país 1.4 millones de dosis que hasta la fecha no están aquí.
Marcelo Ebrard, el canciller aseguró que el abasto de vacuna para los mexicanos, está garantizado toda vez que el acuerdo comercial con el laboratorio, es por 34 millones de dosis que le constarán al erario unos 120 mil millones de pesos, pero que obvio no alcanzarán, puesto que somos más de 126 millones de personas y necesitamos de esa vacuna, por lo menos dos dosis para que sea efectiva, es decir 252 millones 28 mil 48 vacunas.
Hubo hasta una ceremonia de recepción en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, con resguardo militar y toda la cosa, además de estar repleto de prensa chaira que aplaudió la iniciativa de este gobierno de cuarta.
Hoy, México tiene vacunados a 439 mil 729 ciudadanos que han recibido solo una dosis, no las dos que necesitan y adivinen quiénes fueron los primeros en vacunarse… exacto, los personeros de don López, los llamados “siervos” de la nación que no le sirven a la patria sino a los fines electorales del peje.
Y no preocupa tanto el ritmo de la vacunación, sino las mentiras sistemáticas de don López que asegura que tiene contratos con Pfizer cuando cortes informativos de la propia Organización de las Naciones Unidas, dicen que México es uno de los países que no tienen contratos de compra.
Sabemos que ni el ritmo de vacunación, ni las dosis -si es que hubiese contratos- va a alcanzar para vacunar a los más de 126 millones de mexicanos que somos, por eso la encargada del programa nacional de vacunación, una doctora calificada para llevar al cabo una campaña de este calibre, Miriam Veras Godoy, renunció a su cargo por las irregularidades que se cometen al interior del sector salud.
Si el “presidente” está consciente que no le alcanza ni el tiempo, ni las dosis para vacunar a todos los mexicanos dos veces ¿por qué nos dice que “vamos bien”?, ¿qué necesidad tiene de mentir a todos los mexicanos?, ¿cuál es el trasfondo de esa mentira?
Las respuestas se pueden conjugarse en una. A don López le preocupa la elección del 6 de junio más que la vida de los mexicanos, de hecho le importa un bledo tu vida, la de ella, la de millones de mexicanos, lo que no quiere es perder la mayoría en el Congreso Federal y por eso ocupa todas sus fuerzas para sacar raja política, de un tema tan delicado como la vacunación y la salud.
Está, al más viejo estilo de antaño, politizando un asunto de salud pública para su interés electoral y eso, a todas luces es un crimen.
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